La Organización Mundial de la Salud define un accidente como “un suceso no premeditado cuyo resultado es un daño corporal identificable”. Además, afirma que todo accidente puede ser evitable. En la actualidad los accidentes en los países desarrollados son una de las principales causas de enfermedad y de muerte. Además de la pérdida de vidas humanas, de sufrimientos físicos y psíquicos, hay que recordar las repercusiones socioeconómicas derivadas de los años potenciales de vida perdidos o de las incapacidades que originan. Entre las personas mayores, los accidentes suponen la 5ª causa de morbilidad y 7ª de mortalidad. Aproximadamente el 80% de los accidentes se producen en la “esfera privada”, es decir, en el hogar y en las actividades de tiempo libre.
El accidente no se produce por casualidad, sino que es la consecuencia predecible de la combinación de factores humanos y ambientales. Es importante conocer las causas que lo han producido para poder prevenirlas.
En un accidente intervienen tres elementos:
- La persona que lo sufre, condicionada por sus características personales.
- El mecanismo por el que se produce el accidente.
- La situación o circunstancias en que se produce el accidente.
Factores de riesgo
La caída se relaciona con una serie de factores llamados factores de riesgo. Algunos de ellos son dependientes del propio individuo, ligados al normal proceso de envejecimiento o a la presencia de patologías: alteración del equilibrio y la marcha, debilidad muscular, deterioro de las funciones mentales, deterioro en la realización de las actividades cotidianas y polimedicación.
Otros de estos factores de riesgo son relativos al medio externo: escaleras, pavimento irregular, superficies escurridizas, superficies duras (aumenta el riesgo de fractura al producirse la caída), iluminación, objetos, altura de los muebles o calzado inadecuados.
La consecuencia más importante de la caída es la fractura, especialmente la de cadera por la mortalidad y las secuelas de pérdida de autonomía e invalidez que supone.
Accidentes más comunes
Los tipos de accidentes más frecuentes entre las personas mayores son las caídas al mismo nivel en el hogar y en la vía pública, los accidentes de tráfico, incendios y quemaduras, atragantamiento e intoxicaciones.
A continuación, ofrecemos alguna información sobre los tipos de accidentes más frecuentes:
Caídas
Puede consultar los materiales audiovisuales relacionados con la prevención de caídas: Prevención de caídas para personas mayores – Página de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid (madridsalud.es)
Desde este enlace está accesible la guía de Madrid Salud sobre la prevención de caídas: 20220811_Guía Caídas_Digital (madridsalud.es)
Para aprender cómo levantarse de una caída le ayudará este video: Cómo levantarnos después de una caída. (youtube.com)
Accidentes de tráfico
Recomendaciones como peatón
- Respetar los semáforos y demás señales de tráfico.
- Cruzar por los pasos de cebra mirando previamente a los dos lados de la calzada.
- Revisar periódicamente la vista y el oído.
- Caminar en sentido contrario al de la circulación en carretera y calles sin acera.
- Evitar situaciones de estrés.
Recomendaciones como conductor
- Respetar las señales. Utilizar el cinturón y otros sistemas de seguridad de los vehículos.
- Advertir de las maniobras. Revisar el vehículo periódicamente.
- No ingerir alcohol. No conducir si se toman medicamentos que afecten al sueño y o a los reflejos.
- No conducir de noche.
¿Qué hacer ante un atropello?
- Actuar según la estrategia PAS: Proteger. Avisar. Socorrer.
- No mover a la víctima en los accidentes graves salvo que exista grave riesgo para su seguridad.
- Avisar inmediatamente al Servicio de Emergencia 112.
Atragantamientos
- Tratar o controlar, si es posible, las patologías que influyen en a deglución.
- Cuidar el estado de la boca, encías y piezas dentales visitando periódicamente al dentista.
- Comer con tranquilidad y masticar bien los alimentos, tomando en otras texturas (purés, triturados, etc.) aquellos que puedan presentar mayor dificultad para la deglución.
- Mantener una visión adecuada para detectar espinas, huesecillos, etc.
¿Qué hacer ante un atragantamiento?
Hay que actuar en el lugar y momento en que ocurre para resolver la situación:
- Si no hay compromiso respiratorio (acaba de ocurrir y la persona puede toser y respirar aunque sea con dificultad): tranquilizar y animar a toser y respirar lentamente.
- Si la tos es ineficaz, hay compromiso respiratorio o se pierde la conciencia iniciar maniobras de desobstrucción y avisar al 112.
¿Qué no hacer?
- No dar golpes en la espalda ni en el pecho.
- No intentar extraer el objeto causa del atragantamiento a ciegas con los dedos, sólo se intentará una extracción manual si se ve muy bien y es fácil de sacar.
- No dejar de actuar por trasladar al sujeto a un centro médico, es una urgencia vital y puede morir en el traslado.
Quemaduras
Por incendio/llama: no fumar en la cama; apagar bien las colillas y comprobar que están bien apagadas antes de tirarlas; no utilizar velas ni cerillas al levantarse de la cama por la noche, utilizar linternas; proteger el acceso a las fuentes de calor como estufas o chimeneas; no dejar estufas funcionando por la noche; desenchufar los aparatos eléctricos; revisar los equipos eléctricos para mantenerlos en condiciones de seguridad; mantener las sustancias inflamables debidamente envasadas y alejadas de las fuente de calor; instalar detectores de humo y extintores que deben estar en buen uso (revisarlos) y en lugares conocidos por todos los miembros del hogar.
Por contacto: vigilar la temperatura de los alimentos, sólidos y líquidos; prestar atención cuando se transporten líquidos calientes; colocar los mangos de las sartenes y otros utensilios de cocina siempre hacia dentro; fijar las cocinas a la pared para que sean estables; si es posible instalar termostatos que controlen la temperatura del agua, si no probar antes de usarla; no tomar el sol durante mucho tiempo y nunca sin la protección adecuada.
Por agentes corrosivos: tener todos los productos de limpieza y cualquier otro producto corrosivo etiquetados, bien cerrados y guardados todos en un mismo lugar.
Por electricidad: mantener en buenas condiciones los enchufes; no poner aparatos eléctricos en el baño; no tocarlos con el cuerpo mojado y / o descalzo; si se estropean no manipularlos para intentar arreglarlos, desconectarlos y llamar a un técnico.
¿Qué hacer ante una quemadura?
En todos los casos apartar la fuente de calor.
- Si es por incendio / llama: si el incendio es pequeño intentar apagarlo y cerrar las puertas. Si es grande, salir y avisar a los bomberos.
- Si la ropa está ardiendo evitar que el afectado (o uno mismo) corra para no avivar el fuego, envolverle en una prenda amplia (toalla, manta o similar), echarlo al suelo y hacerlo rodar para sofocar las llamas, cuando esto se ha conseguido taparlo sin quitar nunca la ropa y trasladarlo al hospital.
- Si es por contacto, poner la parte afectada al chorro de agua fría durante quince minutos, excepto en grandes quemados, a continuación aplicar antiséptico yodado, si se dispone de gasa vaselinizada cubrirla con ella y si persisten las molestias acudir a un centro sanitario.
- En caso de insolación: quitar la ropa y aplicar compresas de agua fría en la cabeza.
- Si es por agentes corrosivos: retirar la ropa y lavar con agua abundante. Si están afectados los ojos: lavar también con abundante agua o suero fisiológico, tapar (con gasa estéril si es posible) y trasladar al hospital.
- Si es por electricidad: desconectar el aparato de la red de energía eléctrica. Separar de la fuente de electricidad interponiendo un objeto aislante, de tela o de madera. Si está inconsciente activar el Servicio de Emergencia 112 y actuar como en situaciones de extrema gravedad.
¿Qué no hacer?
- No aplicar pomadas, ungüentos, polvos, cremas ni otros remedios caseros.
- No utilizar algodón o esparadrapo.
- No romper las ampollas.
- No tocar nunca a una persona que esté sufriendo una descarga eléctrica ni tampoco cuando se haya desconectado el aparato de la fuente de energía.
- En caso de quemado grave: No dar de beber, puede vomitar y favorecer una aspiración. No utilizar agua fría por riesgo de hipotermia que puede ser fatal.
Intoxicaciones
- Por ingesta de alimentos: conservación adecuada en tiempo y temperatura, control de la fecha de caducidad, en los congelados no interrumpir la cadena del frío y una vez descongelados no volver a congelarlos. Con los enlatados elegir latas sin abolladuras y desecharlos si al abrirlas sale gas o huele mal. En la actualidad se recomienda congelar el pescado antes de consumirlo para evitar la acción del anisakis.
- Por medicamentos: no tomar ninguno sin conocimiento del médico, guardarlos en los envases originales, tomar la dosis recomendada, para su control es útil distribuir las dosis de los diferentes medicamentos del día en un pastillero.
- Por productos tóxicos: almacenar los productos de limpieza y otros tóxicos en un único lugar y en los envases originales.
- Por inhalación de humo y gases: revisión periódica de la instalación de gas, mantener las llaves de paso cerradas cuando no se use. Si huele a gas: cerrar la llave de paso, abrir las ventanas y puertas, no encender la luz ni utilizar el teléfono, apagar los cigarrillos o cualquier fuente de calor, salir del lugar y avisar al equipo técnico o a los bomberos, es útil instalar detectores de gas. Si la persona mayor vive sola es importante que disponga del servicio de teleasistencia o telealarma, que no cierre su vivienda por dentro y que un vecino disponga de las llaves del domicilio.
¿Qué hacer ante una intoxicación?
- Llamar al 112 ó al Instituto Nacional de Toxicología: 91 562 04 20.
- Aportar la máxima información sobre el producto.
- Si le recomiendan acudir al hospital llevar el producto sospechoso.
- No provocar el vómito.
- No administrar sólidos, líquidos ni medicamentos.
- Si se ha inhalado gases de productos tóxicos como pegamentos o pinturas hay que salir de la habitación y abrir ventanas, respirar tranquilamente y si hay un mal estado general, trasladar al hospital.