La llegada de un nuevo animal en nuestro hogar conlleva una gran alegría pero también cambios para todos. Les exponemos una serie de pautas que pueden ayudar a enseñarle buenas maneras en casa.

Los primeros días prepare para su cachorro un sitio seguro y confortable. Un rincón del salón, del dormitorio o de la cocina, donde tenga su cuna, sus juguetes… donde pueda meterse para jugar, dormir, o simplemente estar tranquilo. Allí dejaremos la cuna del cachorro, su comedero, el agua y sus juguetes. Al otro extremo pondremos una bandeja para gatos con arena, o papel de periódico. Decida con el resto de la familia los horarios de comida, paseos y juego. Decidan también qué es lo que el cachorro va a poder hacer, y qué es lo que no (dormir en el dormitorio, subirse a los sofás…) y mantengan siempre las reglas iguales, para no marear al perro.

Los juguetes: todo cachorro debería tener algunos juguetes. Compruebe que éstos sean de buena calidad, que no se rompan fácilmente, que no sean tóxicos y que sean atractivos. No deben caberle enteros en la boca, porque se los podría tragar. Los mejores para cuando el perro se queda sólo son los juguetes interactivos, es decir, que responden al juego del perro: juguetes que hacen ruido cuando se muerden, huesos prensados para masticar y comer, juguetes rellenables con pienso o comida. No conviene darle calcetines, zapatos o trapos viejos, puesto que el cachorro no va a distinguir lo nuevo de lo usado, y aprenderá a morder todo lo que tenga a su alcance.

Los premios: los perros aprenden todo más rápido mediante reforzamiento positivo, es decir, premiando las conductas que nos gustan. Estos premios pueden ser juegos, mimos o comida. Premie a su perro inmediatamente después de que comience a hacer algo que está bien hecho: irse a su cuna a dormir, jugar con sus juguetes, tumbarse tranquilamente en el suelo, hacer pis donde debe… por todo esto se merece un premio.

Las correcciones: si queremos evitar que el cachorro haga algo, lo mejor es interrumpir su acción en el momento en que está empezando, cuando el perro pone una pata encima del sofá, o se acerca demasiado a un cable de la luz… en ese momento, lo mejor es hacer un ruido fuerte, mojarle con un spray de agua de las plantas, o cogerle en brazos por sorpresa, todo esto unido a un “NO”, “MAL” o cualquier otra palabra, dicha en voz fuerte y cortante. Una vez interrumpido el comportamiento del cachorro, enseguida darle algo con lo que sí pueda jugar, uno de sus juguetes, por ejemplo. Entonces le premiaremos por jugar con su juguete, en vez del zapato nuevo. El castigo debe ser inmediato y en el momento en que esté realizando la acción, de otra manera no podrá relacionar causa-efecto y no sabrá por qué le regañamos.

La etapa sensible o de socialización: los cachorros comienzan a interaccionar con otros perros a partir de las 4 semanas de edad, y con las personas a partir de las 5 semanas. La etapa de miedo comienza a las 12 semanas aproximadamente. Esto nos da una ventana de 2-4 semanas, según hayamos adquirido el cachorro, para enseñarle todas las situaciones a las que se va a tener que acostumbrar: personas, niños, perros, coches, motos, taladradoras… si el cachorro no se ha expuesto a todas estas situaciones antes de las 12 semanas, es posible que les coja miedo, y que nunca consiga estar cómodo en estas circunstancias. Es importante que estas aproximaciones sean positivas. Recuerde llevar siempre premios en los bolsillos, y darle cada vez que su perro no muestre temor en estas situaciones.

El manoseo: todos los perros deben dejarse tocar por todas partes. Esto parece una tontería, pero es muy importante. En algún momento puede clavarse algo entre los dedos, tener otitis… y entonces habrá que tocárselas. Ahora de cachorro tómeselo como un juego, tírele suavemente de las orejas, tóquele el interior, ábrale los ojos y la boca y masajee todo el cuerpo del perro, incluyendo rabo, patas y almohadillas…

La higiene: Es muy importante tener una buena higiene. Con un champú especial para perros puede bañar a su cachorro hasta una vez por semana si éste lo necesita, a partir de los dos meses de edad. Lávele con agua calentita, en un baño con calefacción, y luego séquele bien por todas partes, con el secador.

La comida: Lo mejor es que su perro se acostumbre al pienso desde el principio. Cualquier pienso que se venda en una clínica veterinaria o tienda de animales es de buena calidad. Las latas que se venden en clínicas, o en las tiendas especializadas también son un alimento completo. Puede mezclarlas con el pienso o ponerlas solas si algún día quiere darle un capricho a su perro. La comida casera no es recomendable, no porque no sea buena, sino porque es muy difícil darle una comida realmente equilibrada de este modo.

El juego: los cachorros tienen muchísima energía para gastar, necesitan hacer mucho ejercicio. Lo mejor es reservarle 15-20 minutos varias veces al día, para dedicarlo a jugar con él. Ponga por lo menos una antes de irse a trabajar, otra un poco después de volver, y otra a última hora de la noche. Así conseguirá algunos preciados ratos de paz.

El adiestramiento: todos los perros deberían aprender a obedecer como mínimo seis órdenes: sienta, tumba, quieto, ven, junto y suelta. Con estas seis palabras encontrará que es mucho más fácil controlar a su perro. Otros conceptos útiles para su perro son trae, fuera, dentro… Es bastante fácil educar a un perro, con un poco de comida y de paciencia. Si no se siente capaz de hacerlo usted mismo, puede pedirle ayuda a un adiestrador profesional.

Hábitos higiénicos: este es el método más eficaz para enseñar a su perro a ser limpio en casa. Lo primero es dejar a su perro en su “sitio seguro”: en una habitación en un sitio céntrico de la casa, la cocina o el salón, haga un cercadito con vallas para bebés, ponga una jaula o un transportín grande. En un rincón ponga la cuna del perro, con los juguetes, la comida y el agua; deje como un paso, y cubra el resto del suelo con papel de periódico. También puede ponerle una bandeja con arena para gatos.

Durante los primeros días, nunca regañe al perro por hacer sus cosas fuera de sitio. Piense que no puede saber que lo que hace está mal, y lo único que haríamos es confundirle. Vigile al cachorro, y cuando parezca que quiere hacer algo, llévelo al los periódicos. Si lo hace, premie con un trocito de comida y acaríciele efusivamente. Los cachorros suelen tener ganas al despertarse, 15-30 minutos después de comer, y después de jugar un rato.

Vigílelo más de cerca en estos periodos, para poder premiar el máximo de veces posible. Cuantas más veces premie, más rápido aprenderá.

Justo después de hacer sus cosas, puede dejarle corretear por casa, aproveche para jugar un rato con el cachorro, ahora que está seguro de que no se va a hacer nada fuera de su sitio. Cuando acabe de jugar, vuelva a ponerlo en los periódicos. Cuando vaya a dejar al perrito solo, déjelo en su sitio de seguridad. Así no podrá destrozar nada, ni hacer pis fuera de su sitio.

A partir de la primera semana, que su cachorro ya ha aprendido que si va al periódico tiene premio, puede empezar a regañarlo cuando se haga fuera. Basta con levantar al cachorro mientras se dice un “NO” fuerte. Entonces coja al perrito y llévelo a los periódicos. Si usted llega a casa, y ve un “accidente”, no haga nada. Lleve a su cachorro a otro lugar, y límpielo fuera de su vista. Si el perro ya ha terminado de evacuar, no relacionará un castigo con el pis, ni aunque lo lleve hasta él y le frote el morro encima. Sólo conseguirá que su cachorro le coja miedo, y deje de hacer pis delante de usted, aunque sea en el sitio correcto, y así no lo podrá premiar.

Además, cuando comience a bajarlo a la calle, no querrá hacerlo con la correa puesta, porque le dará miedo. Cuando pueda comenzar a sacarlo a la calle, ha de repetir estos mismos pasos, solo que en vez de llevarlo a los periódicos, sáquelo a la calle o al jardín. Llévelo atado, dé pasitos pequeños y deje que olisquee todo lo que quiera hasta que lo haga todo, premie efusivamente, y luego ya puede soltarlo, jugar con él… así le estará premiando más fuertemente su conducta, y el perro hará sus cosas rápido para comenzar a jugar antes. Si su perro aprendió a hacerlo en hojas de periódico, a lo mejor se tiene que bajar una hoja con usted los primeros días, para que relacione. Tenga mucha paciencia, porque los cachorros en la calle se distraen con cualquier cosa, y puede que le lleve su tiempo acostumbrarse a evacuar fuera.

Susana Ramírez Rodríguez (TECNICO VETERINARIO DEL CENTRO DE PROTECCIÓN ANIMAL DE MADRID SALUD)

Teresa Marías Luca de Tena. (VETERINARIA CLÍNICA ESPECIALISTA EN ETOLOGÍA ANIMAL).