Cinco hombres y cuatro mujeres asistían, el viernes 8 de mayo, al acto organizado en la sede de Madrid Salud para recoger unos diplomas que acreditan su preparación para incorporarse al mundo laboral tras un año de prácticas en distintos equipamientos municipales. Su discapacidad intelectual no ha supuesto impedimento alguno a la hora de adquirir la experiencia y habilidad necesaria para acceder a un puesto de trabajo.
“Gracias por permitirnos demostrar nuestra valía”, declaró emocionado uno de los alumnos, Fernando Ortega, en nombre de sus compañeros y compañeras. Y no menos emocionado estaba el representante de las familias, Domingo Sierra, quien pudo observar que en menos de un mes su hijo ya había ganado en responsabilidad y autoestima. Domingo contó como el vértigo del principio se fue convirtiendo en alegría y satisfacción al comprobar el cariño, la formación y la educación que recibía en el taller de inserción laboral. “Ha sido un año intenso en el que hemos visto disfrutar a nuestros hijos e hijas. El acogimiento en los centros de Madrid Salud ha sido espectacular”.
Fue en octubre de 2009 cuando esta iniciativa se materializó gracias a un convenio entre Madrid Salud y la Fundación Gil Gayarre, una entidad que desde 1958 apuesta por la integración e igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad intelectual y que luchan para que sean consideradas ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho.
El equipo de profesionales de Madrid Salud se sumó con entusiasmo a este objetivo desde el primer momento. Y no sólo porque el proyecto esté alineado con la Estrategia Española sobre discapacidad 2014-2020, que insta a “promover el acceso de las personas con discapacidad al empleo”, sino porque, como señaló el gerente de Madrid salud, Antonio Prieto, la administración pública puede y debe jugar un importante papel en la promoción de la responsabilidad social corporativa. “El trabajo con personas con discapacidad intelectual”, subrayó Prieto,“enriquece a estas personas, pero también al resto de las y los trabajadores, generando una mayor sensibilidad social y facilitando su aceptación en integración en la comunidad”.
En el curso 2017-2018, las prácticas se han realizado en el Complejo Montesa, en el Laboratorio de Salud Pública, en el Centro Municipal de Salud Comunitaria (CMSc) de Villaverde y en el Centro de Salud Bucodental. En cada una de las dependencias hay tutor/as y monitores/as trabajando codo con codo con alumnos y alumnas. Este año han sido cuatro tutores/as y diez monitores/as, además del resto de trabadores/as con los que se relacionan en la realización de las tareas diarias. Y en la formación práctica se cuenta con la figura del preparador laboral, cuya función es imprescindible en el desarrollo de un modelo personalizado que proporciona los apoyos necesarios en cada caso.
En el acto de la entrega de diplomas intervinieron, además de los mencionados, la directora de la Fundación Gil Gayarre, Amparo González, y la tutora de prácticas en el CMSc de Villaverde, Carmen Rodríguez.//