Como celebración del día mundial de la salud mental el pasado 10 de octubre, se celebró un Paseo por el Bienestar en el distrito de Villaverde, organizado por diversas entidades (Centro de Rehabilitación Laboral, Centro de Rehabilitación Psicosocial, Centro de Día y Centro Municipal de Salud Comunitaria Villaverde).
Como punto de partida, nos encontramos las compañeras del CMSc con las mujeres del Taller Nazaret, bajo la lluvia en Villaverde Cruce, para dirigirnos hacia la Biblioteca Municipal María Moliner, el punto de encuentro para iniciar las distintas actividades del día.
Los distintos puntos de encuentro en el que se desarrollaron las actividades fueron elegidos por ser señalados por las vecinas/os de Villaverde como lugares de bienestar, como activos para la salud.
En la Biblioteca Pública María Moliner fuimos recibidos por la Directora Gloria, con un acto de bienvenida, seguido por una representación de títeres realizada por Juan Ángel (vecino de Villaverde).
La temática trató acerca de la percepción de la locura y como se relaciona con el amor y la pérdida de este.
Tras el acto inicial, varias participantes compartieron su significado de biblioteca. “Los libros son un tesoro”, explica una vecina que a pesar de no haber visitado nunca una biblioteca en su infancia, desarrolló una vinculación estrecha con la misma posteriormente a través de sus hijos/as y nietos/as.
Al salir de la biblioteca, nos dirigimos hacia el Huerto LADIS. Fuimos acogidos/as con calidez por las personas cuidadoras del huerto. La visita fue corta pero dulce, y todos disfrutamos de estar cerca de la naturaleza y oler las flores; de hecho nos llevamos como recuerdo ‘un pensamiento’ en mano – una flor pequeña obsequio del huerto.
¡Hacia Plata y Castañar, el polideportivo, la próxima parada! Habían planeado dos actividades fuera del centro: una “conga de frutas” para romper el hielo y una mímica de deportes. El hielo se derritió y no faltaron las risas.
En nuestra última parada nos dio la bienvenida el Sol, en el parque Plata y Castañar, donde nos tocó dar muestra de fe en nuestros/as vecinos/as. Con pañuelo en los ojos, dibujamos la cara de nuestro/a compañero/a con un pintalabios, llegando casi a llorar de la risa en el intento.
En el último paso nos unimos con la naturaleza abrazando los árboles y cogiéndonos de las manos entre todas cerrando un círculo y los ojos para dedicarnos un momento de paz.
Para cerrar la jornada sacamos una última foto de grupo y nos despedimos con un “hasta pronto” en este camino hacia la promoción de la salud mental.