En el intento de transmitir en que consisten las adicciones, proponemos probar a ponernos en el lugar de las personas que tienen un problema de adicción, ya sea por abuso o por dependencia.
Creemos firmemente que la mejor forma de comprender al otro es poniéndonos en su lugar; de esta forma podremos entender mejor por los momentos que van pasando, y como sin ellos darse cuenta, cambian las sensaciones positivas a sensaciones negativas y la contradicción y desconcierto que esto supone para cualquier persona.
Normalmente en el inicio del consumo hay una búsqueda activa de sensaciones, riesgos, pertenencia a un grupo, deseo de satisfacer la curiosidad o de conocer en que consiste “eso que otros hacen y dicen que es divertido”…, esta es la forma en la que se suelen iniciar los adolescentes y jóvenes.
No podemos olvidar que los motivos para entran en consumos pueden ser variados, siendo los más frecuentes: la huida de situaciones desagradables o conflictivas, huida de una realidad que no les gusta o que les es dolorosa y cruel, en este caso son generalmente adultos que se encuentran en situación de crisis de la que necesitan salir (“huida hacia delante”), y de todos es conocido como son momentos de alta vulnerabilidad personal, en los que es relativamente fácil comenzar el uso de sustancias (o retomar su uso).
En otros casos hay mayor facilidad para el uso de drogas, como puede ser el vivir en lugares en los que se trafica o en zonas próximas y de consumo habitual, pertenecer a familias marginales….., incluso vivir en un ambiente con exceso de permisividad con las drogas, ya sea por motivos ideológicos o por moverse entre consumidores, lo que convierte el consumo en algo “normal” y habitual (se trata de personas con un alto número de factores de riesgo y muy bajo número de factores de protección ante el consumo).
En el abuso, usan la sustancia a pesar de los problemas que le acompañan, aunque ya no haya un claro motivo para ello, ya no la usan solo en momentos concretos, asociados a situaciones determinadas y con un fin definido, y ya no son capaces de tomar decisiones sobre el consumo de la sustancia que abusan (“cualquier disculpa es buena para consumir”), cada vez son “menos serios” en sus compromisos y se empiezan a aislar de su entorno habitual, ya que se suelen sentir incomprendidos (imposibles de comprender, pues como mínimo guardan un secreto) y todavía están seguros de que no tienen ningún problema, “cuando quiera lo dejo”, “no pasa nada por pasarlo bien”, “todo el mundo lo hace”,….
En la dependencia, ellos ya saben, aunque todavía no lo puedan reconocer que tienen problemas, pues ya no obtienen el efecto deseado, por lo que cada vez necesitan consumir con mayor frecuencia y/o mayor cantidad para conseguir la misma sensación del principio, efecto que buscan casi desesperadamente y que cada vez encuentran menos veces. Además sienten un gran malestar cuando no consumen; saben que algo ha cambiado pues antes consumían para sentirse bien y sin saber como, ni cuando se encuentran consumiendo para no sentirse mal (“para poder comenzar el día”, “para ser yo”…) y además ya saben que “no lo puedo dejar cuando quiera”, ya lo han intentado sin conseguirlo, lo que les crea gran tensión y suelen negar su problema incluso ante las personas con las que compartía “el secreto” de sus consumos, entrando en un circulo cada vez más cerrado, deteriorándose claramente la comunicación y en consecuencia las relaciones interpersonales, lo que lleva un gran riesgo, pues sus referentes son cada vez más los otros consumidores, pudiendo incluso entrar en un contexto marginal.
Sin darse cuenta de cómo han llegado allí, se encuentran con que lo que antes era búsqueda de placer y de sensaciones agradables para ellos, acaba convirtiéndose en un intento de no sentir malestar, incluso de sentirse “ellos mismos”, pues de alguna forma no se reconocen (la sustancia ya forma parte de ellos) para lo que “necesitan” consumir, aunque saben racionalmente que ya no tiene sentido lo que antes lo tenia, ya se ha producido un cambio en la percepción de la realidad que les rodea, que en su interpretación peculiar de la misma pasa por la sustancia de la que dependen, dando lugar a sentirse incomprendidos, solos, incluso perseguidos y acosados.
Tenemos que intentar comprender que para ellos no es fácil reconocer que tienen un problema de adicción, es más fácil suponer que su vida se está derrumbando y que además los demás van en su contra.
La dependencia da lugar a importante sufrimiento tanto en la persona consumidora, como en su circulo afectivo; todos ellos, consumidores y cercanos, saben que “lo que esta pasando” no tiene demasiado sentido y que no lo comprenden, y lo que posiblemente es peor, sienten que no saben como solucionarlo, que la situación les desborda y la impotencia se suele apoderar por momentos del dependiente y de su entorno; creemos que ha llegado el momento de pedir ayuda a los profesionales, aunque el adicto no quiera tratamiento, pues en nuestros centros también se atiende a los familiares “solos”, intentando hacer un diagnostico de la situación, por lo que refieren, y dándoles pautas de actuación para su situación concreta.