- Continuamos con las drogas alucinógenas, concretamente con las metanfetaminas y los anestésicos disociativos, para poder seguir mejor recordemos su clasificación:
- Alucinógenos serotoninérgicos, como el LSD, la mescalina y la psilocibina (tratados en la entrega anterior).
- Metanfetaminas (más conocidas como drogas de diseño), como el MDMA o éxtasis.
- Anestésicos disociativos, como la fenciclidina o PCP y la ketamina
- Metanfetaminas: Estas sustancias también se conocen como drogas de diseño. De éstas, el éxtasis es la más utilizada y conocida.Estas drogas son a veces caracterizadas como alucinógenos serotoninérgicos y, de hecho, su estructura química se parece a la de la mescalina. Sin embargo, la diferencia más clara con éstas radica en que las Metanfetaminas producen menos alucinaciones visuales (solo en el 20% de los casos).
- MDMA (éxtasis).
- MDA (droga del amor).
- MDE (Eva).
Los efectos del MDE, MDA y del MDMA suponen una euforia leve, asociada a una sensación de amplitud y falta de sentimientos defensivos (como cansancio, percepción de dolor, etc.). Estas sustancias son generalmente ingeridas por vía oral, pero también pueden utilizarse intranasalmente o por vía inyectada. Se absorben rápidamente y tienen una vida media de 6 a 8 horas.
A dosis efectivas producen claros efectos simpáticomiméticos, incluyendo aumento del gasto cardíaco, de la tensión arterial y dilatación pupilar. Otros efectos físicos son la tensión muscular, el movimiento mandibular con rechinar de dientes (bruxismo), la supresión del apetito y el insomnio.
Los efectos psíquicos son euforia, incremento de las emociones como calidez y confianza, del gregarismo, y de las habilidades de comunicación. No son comunes las alucinaciones, por lo menos a dosis habituales.
La hipertermia es el mayor peligro a corto plazo, existen casos documentados de muerte con un único consumo de éxtasis. Bailar, sudar y no beber agua aumenta el problema; pudiéndose producir hipertermias de hasta 42º/43º y a estas temperaturas la sangre empieza a coagularse. Se produce una coagulación intravascular diseminada, que lleva a una rabdomiolisis (ruptura muscular generalizada) y esta a un fallo renal agudo, y, finalmente a la muerte.
Se han documentado una serie de efectos con el consumo crónico de metanfetaminas, especialmente MDMA, que incluyen: pérdida de peso, astenia, ansiedad e irritabilidad, depresión, e incluso trastorno de pánico y psicosis paranoide.
- Anestésicos disociativos: Estas sustancias fueron utilizadas alrededor de los años 50 como anestésicos para operaciones sencillas, por sus efectos disociativos, manteniendo la consciencia del sujeto pero impidiéndole sentir dolor. La fenciclidina dejó de usarse en humanos, a causa de algunos casos de hiperexcitabilidad, pero sigue utilizándose en el mundo de la veterinaria.
- Fenciclidina (PCP o “polvo de ángel”)
- Ketamina (“K”, “Vitamina K”).
La fenciclidina o PCP: En los años 70 emerge su consumo como droga de recreo, consumiéndose en cigarrillos o fumándola directamente. Aunque puede consumirse por vía oral e inyectada, la vía inhalada es la más popular.
El PCP se absorbe rápidamente después de fumarse o inyectarse. Mucho más lentamente se producen sus efectos cuando se toma de forma oral. Esta sustancia permanece en el cuerpo sin metabolizarse durante más de dos días y un único consumo es detectable en orina varias semanas.
A dosis moderadas (1-10mg) el PCP produce sentimientos de euforia que se parecen a los de una intoxicación por alcohol. Existe descoordinación motora y el habla puede verse afectada y ser farfullante. El sujeto puede permanecer catatónico o hiperactivo y agresivo. Se da una sudoración profusa, aumenta el gasto cardíaco y la tensión arterial y aparecen movimientos oculares involuntarios, rápidos y de oscilación corta que afectan generalmente a ambos ojos (nistagmus). Los sujetos muchas veces señalan tener doble visión pero raramente alucinaciones visuales. Sin embargo sí se producen distorsiones táctiles. Estos efectos cesan generalmente hacia las 4/6 horas del consumo, pero varían entre sujetos y, dependiendo de las dosis pueden durar incluso semanas. Dosis por encima de 20 mg, pueden producir crisis convulsivas (epilépticas), coma y muerte por fallo respiratorio.
Hay casos documentados de psicosis tóxicas. Entre el 50% y 80% de los sujetos que usan esta sustancia han señalado haber tenido “malos viajes” con ella. Además el PCP precipita frecuentemente francos episodios psicóticos y depresiones de hasta más de un mes. También se producen Flashbacks y existen casos documentados de Síndrome cerebral orgánico, caracterizado por: pensamiento embotado, disminución de los reflejos, pérdida de la memoria y depresión.
La ketamina: Produce unos efectos parecidos al PCP, pero es menos potente; sus efectos duran entre 30 y 60 minutos. Produce sensación de flotación, intensa euforia que se puede tornar en ansiedad, y una clara reducción de la respuesta al dolor. También aparece una conducta agresiva anormal (que puede ser autoinfligida) y existe una afectación del juicio con episodios de amnesia.
Existen variaciones individuales importantes en sus efectos, encontrando sujetos que, después de su utilización están francamente psicóticos, y otros que se encuentran como una intoxicación etílica. Como en el caso de la fenciclidina, los efectos parecen ir en relación directa con la dosis.