Con este título inauguramos una serie de publicaciones que tienen como objeto informar a los ciudadanos de algunos factores importantes del abuso y dependencia de drogas. Conocer permite tener capacidad de detectar consumos abusivos precoces y por tanto actuar tempranamente previniendo situaciones de riesgo.
Drogodependientes y drogodependencias
Actualmente se considera a las drogodependencias y otros trastornos adictivos como enfermedades comunes que repercuten en varias esferas del individuo (biológica, psicológica, social y familiar). Por lo tanto el drogodependiente esta equiparado con otros enfermos, sin que pueda ser discriminado por este hecho.
Afortunadamente a ellos también se les aplica el “principio de equidad en la salud entendida como el derecho de todas las personas a disfrutar de igualdad de oportunidades en función de su necesidad para desarrollar y mantener su salud a través de un acceso igualitario a los servicios sin que exista discriminación alguna” (Ley 5/2002 8 julio 2002 de drogodependencias y otros trastornos adictivos).
Sustancias de abuso
Hay determinados términos que son muy habituales entre los profesionales que trabajan en drogodependencias, pero que pueden quedar confusos a la hora de interpretarlos por la población general; además también se suelen usar palabras contaminadas por la jerga propia de las personas drogodependientes. Por ello, antes de nada, nos parece conveniente aclarar algunos términos y expresiones relacionados con la toxicomanía.
Uso de sustancias
Cuando se habla de consumo de sustancias, se hace referencia a la utilización por parte del sujeto de alguna sustancia que tiene potencial de abuso, pero que en ese momento, no le genera problemas (tomar una copa de licor en una fiesta, fumarse un porro alguna noche, etc.) se trataría de un uso ocasional.
En este caso el consumo de sustancias siempre es puntual, no se repite (ni ese día ni en días subsiguientes) y la persona puede permanecer luego meses sin probarla. La conoce, la emplea cuando desea, pero no la necesita y su utilización siempre es esporádica.
Abuso de sustancias
La característica esencial del abuso de alguna sustancia, es un patrón de consumo que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos, expresado por uno o más de los siguientes síntomas, durante un periodo de al menos 12 meses:
- Consumo recurrente de sustancias que da lugar al incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o casa.
- Consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso.
- Existencia de problemas legales repetidos relacionados con la sustancia.
- Consumo continuado de la sustancia a pesar de tener problemas sociales continuos o recurrentes, o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la sustancia.
Dependencia de sustancias
La característica esencial de la dependencia consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que indican que el sujeto continúa consumiendo la sustancia a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella. La dependencia se define como un grupo de 3 o más de los siguientes síntomas en un mismo periodo de 12 meses:
- Tolerancia (ver después).
- Síndrome de abstinencia (ver después).
- Patrón de consumo compulsivo.
- Intentos infructuosos de regular o abandonar el consumo.
- Empleo de mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia o en la recuperación de los efectos de la misma.
- Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo.
- Se mantiene el consumo a pesar de la conciencia de los problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes asociados o causados por la sustancia.
Tolerancia
Hace referencia a la necesidad de recurrir a cantidades cada vez mayores de la sustancia para alcanzar el mismo efecto deseado. También se evidencia tolerancia cuando con las mismas dosis existe una notable disminución de los efectos de la sustancia con su consumo continuado. Las personas que usan continuadamente alguna sustancia pueden llegar a utilizar dosis que serian mortales para un sujeto que las prueba por primera vez.
Pero también en una persona adicta (debido al aumento del umbral de tolerancia) puede ocurrir que para lograr los efectos psicoactivos deseados se aumente la dosis de la sustancia y se alcancen los niveles tóxicos e incluso letales.
Síndrome de abstinencia
Se trata de un estado desadaptativo, displacentero (que tiene concomitantes cognitivos o psicológicos y fisiológicos u orgánicos) que sucede cuando disminuye la concentración en la sangre de una sustancia, en un sujeto que ha mantenido un consumo prolongado y/o en grandes cantidades. Después de la aparición de los síntomas de la abstinencia, el sujeto repite el consumo de la sustancia para paliar estos o eliminarlos.
No todas las sustancias tienen asociado un síndrome de abstinencia identificable. Además, para muchos usuarios de sustancias los síntomas de la abstinencia van a estar relacionados con sus propias características de personalidad y con su historia de consumo de esa droga en concreto. Estos síntomas pueden ser psicológicos como síndromes ansiosos o depresivos (entre otros), que son los que muchas veces van a suponer recaídas en el consumo.
Cuando hablamos de un patrón de consumo compulsivo (característico en la dependencia de sustancias) hablamos de que el sujeto toma la sustancia en cantidades mayores que las pretendidas, o durante un periodo de tiempo mayor que el que se había prefijado. Hay sustancias, como la cocaína, que por sus propios efectos inducen un patrón de consumo compulsivo en cada sesión de utilización.
Cuando un sujeto presenta tolerancia y síntomas de abstinencia, hablamos casi con seguridad de una dependencia en ese sujeto, aunque bien es cierto que puede haber dependencia de sustancias con un patrón de consumo compulsivo, sin signos físicos de tolerancia o abstinencia.
Un término comúnmente utilizado es el de dependencia psicológica. Cuando se usa esta expresión se hace referencia al estado emocional de deseo de consumo de una sustancia, bien por sus efectos positivos, bien para evitar los efectos displacenteros de su falta. Luego puede haber fuertes deseos de usar una sustancia para alterar el estado psicológico o para evitar una experiencia emocional displacentera.