Decálogo para prevenir adicciones
con garantía de calidad
El proyecto se dirigirá a garantizar el disfrute pleno y efectivo de todos los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La elaboración, desarrollo y evaluación se llevará a cabo con su participación, para lo que se les facilitará la información adecuada.
Tratará de involucrar a la comunidad educativa (personal docente y no docente, familias y alumnado) en el desarrollo de las habilidades necesarias para aumentar el control sobre su salud mediante la adopción de estilos de vida saludables, la toma de decisiones razonadas y una percepción crítica sobre los condicionantes del entorno que afectan a la salud. Se desarrollará en las dimensiones: curricular, entorno interno del centro, familiar y comunitario.
Cualquier actuación preventiva que se lleve a cabo se realizará en coordinación con los agentes implicados en la prestación del servicio, para tener en cuenta y respetar la transversalidad de la intervención. Para favorecer su eficacia, deben estar consensuados los contenidos, la metodología y el desarrollo del programa.
Aportarán información clara, veraz y adaptada a la población a la que van dirigidos. Para ser efectivos, irán más allá de la mera información, posibilitando la reflexión, la toma de decisiones y el aprendizaje de herramientas que posibiliten el cambio de hábitos.
Las actuaciones abarcarán varios cursos escolares para acompañar los cambios en el desarrollo evolutivo, social y cognitivo del alumnado.
El programa tendrá la suficiente flexibilidad para poder adaptar la intervención a las características del grupo y del centro educativo.
Se emplearán estrategias de aprendizaje activo y técnicas didácticas interactivas que faciliten la participación del alumnado y el mantenimiento de los aprendizajes. Se contemplará la implicación de iguales, que se hayan formado previamente como agentes de salud, para el desarrollo de algunas actividades.
La familia es el primer entorno de socialización, núcleo para la adquisición de actitudes, habilidades y valores. Su cooperación y comunicación con el centro educativo permitirá establecer funciones complementarias y paralelas para optimizar y mantener los objetivos preventivos frente a las adicciones.
La evaluación abarcará el proceso, los resultados y el impacto del programa en el centro educativo para facilitar la adaptación a una realidad cambiante y la mejora continua del mismo.
La existencia de un equipo multidisciplinar y el respaldo de profesionales y equipo directivo contribuirán a garantizar una intervención integral y mantenida, de calidad, y basada en la científica.
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