Vamos a presentar un nuevo “problema” creado por la utilización de sustancias, en este caso se trata de una mujer joven a la que llamaremos Celia.
Celia es una joven de 19 años, que en el momento de solicitar tratamiento en uno de nuestros centros, pide ser atendida por un psicólogo, ya que piensa que es la única persona que le puede ayudar (con cierta frecuencia los pacientes solicitan entrevista con una determinada profesión, lo que nos suele orientar a la forma de cómo viven su problema de consumo). Para atender su demanda, se le cita en primer lugar con el psicólogo y a continuación con el resto de los profesionales del equipo multidisciplinar.
Las valoraciones realizadas desde las distintas disciplinas nos proporcionan una visión global de la problemática que presentan los pacientes, de esta manera y mediante un trabajo interdisciplinar, podemos priorizar las intervenciones y detectar los puntos que requieren actuación urgente. Esto también nos permite localizar las zonas conservadas y las mas sanas de la persona, las cuales utilizaremos para apoyarnos durante el tratamiento.
Se trata de una consumidora de cocaína esnifada en polvo, desde hace dos años. Se inicia en el consumo por un novio que tuvo, hasta ese momento era una chica que no utilizaba ninguna sustancia, ella misma insiste en que ni bebía, ni fumaba. Desde hace un tiempo utiliza el alcohol y medicación ansiolítica para modular los efectos de la cocaína. Niega otros consumos, ni de forma experimental o esporádica. Y nunca se ha inyectado.
Queremos resaltar que se inicio buscando una forma de ocio distinto, ya que su pareja de ese momento, le decía que era muy divertido y que le permitiría no parar de bailar, conocer a mucha gente interesante, no sentirse cansada, aguantar todo el tiempo que ella quiera…
Ella misma reconoce que cuando probo la cocaína le encanto, pues se sentía completamente segura e incluso perfecta (“mi eterna lucha”). Por sus características personales se “enganchó” rápidamente. Comenzó con consumos de fin de semana, asociados con determinados lugares de ocio, pero a los 2 meses de su primer consumo, “necesitaba” tomar cocaína diariamente…, pues si no lo hacia se encontraba muy mal y según ella no podía levantarse de la cama, solo quería pasarse el tiempo en la cama llorando. Aunque le cuesta, acaba diciendo que depende de la cocaína, que sin “ella” no es “nadie”, que “la necesita para ser normal”.
Ha decidido pedir ayuda a profesionales, pues se siente muy “perdida” y que está destrozando su vida, ya que ha abandonado los estudios (empezó una carrera y tuvo que dejarla porque era incapaz de ir a clase), se aisló de su circulo de amigos (solo se relacionaba con su novio, consumidor de varias sustancias), no consigue centrarse en nada y su vida consiste en estar “puesta” o estar “por los suelos”. Nunca tiene dinero, pues todo el que consigue es poco…, ha realizado trabajos esporádicos como azafata de congresos, para conseguir ingresos, que utiliza para pagarse el consumo; incluso ha llegado a hacer pequeños hurtos de dinero en su casa.
Por todo lo anterior, creyó que lo más conveniente era decírselo a sus padres (no habían notado los hurtos). Entre todos decidieron que lo mejor era que recibiese atención psicológica, por lo que acudieron al CAD, previamente intentaron encontrar un psicólogo privado, pidiendo ayuda a su médico de Atención Primaria, dado que uno de los síntomas, que había detectado la familia, eran las frecuentes taquicardias que sufría Celia, por lo que estaba siendo tratada con un ansiolítico, con la instrucción de utilizar en los momentos de crisis (su médico desconocía los consumos de cocaína), hasta que tuvieron conocimiento de la existencia de los CADs.
Pertenece a una familia de nivel socio económico medio. No ha tenido ninguna incidencia legal y quiere retomar los estudios.
Es la menor de tres chicas, hay una gran diferencia de edad con sus dos hermanas, la llevan 13 y 14 años respectivamente, aunque tiene buena relación con ellas, no comparten inquietudes con Celia, que ya están casadas y con hijos. La relación familiar es buena, en general, ella la define como “una familia unida”. Su relación con el padre no es tan fluida, pues apenas está en casa por motivos de trabajo.
Seguiremos conociendo a Celia…