El 7 de julio de 2020, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó, por unanimidad de todos los grupos políticos, los Acuerdos de la Villa, un documento con 352 medidas para reactivar la ciudad tras la pandemia. Este proyecto de Prevención del Duelo Complicado. Comunidades Compasivas da respuesta a dos de las medidas aprobadas, las medidas MS.GT4.026/149 y MS.GT4.027/150. La primera consiste en la puesta en marcha de un programa de prevención del duelo complicado y la segunda, en la ampliación del programa de Comunidades Compasivas que, hasta ese momento, solo se estaba llevando a cabo en dos barrios de Carabanchel. Es a partir de la experiencia acumulada en este primer proyecto piloto, descrito en el punto anterior, que se diseña este nuevo proyecto estratégico.
En cuanto al alcance y señas de identidad más importantes del Proyecto Estratégico de Prevención del Duelo Complicado. Comunidades Compasivas, se citan los siguientes aspectos:
- Abarca los 21 distritos de la ciudad.
- Se dirige al conjunto de la población madrileña.
- Se desarrolla e impulsa desde los 16 CMSc, el Centro Joven y el Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo (en adelante, centros).
- Trabaja con una doble estrategia: poblacional, dirigida al conjunto de la población madrileña y, de riesgo, destinada a atender a aquellas personas que han experimentado la pérdida de un ser querido.
En los últimos años se ha incrementado el abordaje del duelo como una enfermedad que requiere medicación y atención profesional, sin considerar que es un proceso normal en el que es fundamental la aceptación de éste y el acompañamiento social. Acompañamiento que permita la expresión emocional del doliente y que normalice sus manifestaciones. Asimismo, ayuda a elaborar la pérdida y la comunidad, al expresar su apoyo, fortalece lazos, ejercita capacidades de empatía, comunicación y afrontamiento de dificultades, promoviendo así su bienestar emocional.
Se trata, en este proyecto, de partir de la red comunitaria en la que ya están integrados los Centros Municipales de Salud Comunitaria y Centros Específicos, para difundir estos aspectos y promover la puesta en común de vivencias, emociones y aprendizajes asociados al contacto con las pérdidas que permitan enriquecer la vida de individuos y comunidades. Se trata de incrementar las capacidades de detección y escucha ante el dolor, promoviendo la comunicación genuina con las personas de nuestro entorno. De esta manera, se busca favorecer relaciones de cooperación y ayuda mutua que refuercen la capacidad de sostén de la comunidad, aumentando sus activos en salud y adoptando una actitud activa y solidaria ante el dolor de las pérdidas.