Con el paso de los años, la piel experimenta cambios significativos que la hacen más delicada y vulnerable.
En la etapa de la vejez, el cuidado de la piel se vuelve esencial para prevenir y combatir problemas como la sequedad, la fragilidad y distintas afecciones y lesiones cutáneas.
Acude a la consulta de dermatología ante cualquier mancha sospechosa, cambios en la piel, irritaciones persistentes o infecciones, heridas que tardan en cicatrizar o que hacen una costra que no cura y va creciendo lentamente.

