Cinefórum sobre la tuberculosis en el CAD de Latina

[fusion_text]Greta Garbo, Kirk Douglas, Dustin Hoffman, Clint Eastwood y hasta Nicole Kidman. Todos estos actores y actrices han padecido tuberculosis, aunque, eso sí, sólo en la ficción cinematográfica. Un recorrido por películas míticas –desde “La dama de las camelias” o “Duelo de Titanes”, hasta “Moulin Rouge”– ha servido de guía al doctor Javier García Pérez, neumólogo y cinéfilo, para contarnos las claves de una enfermedad con un claro componente social, que se puede prevenir y que se cura completamente.

Una información clara, seria y directa es la mejor manera no sólo de prevenir las enfermedades sino de combatir el desconocimiento y el estigma que muchas de ellas arrastran, especialmente si son infecciosas. El cinefórum solidario dedicado a la tuberculosis –organizado por el Instituto de Adicciones y celebrado esta semana en el CAD de Latina– es todo un ejemplo de cómo se puede y se debe transmitir y comunicar a los pacientes, familiares y a la ciudadanía en general todo lo referente a un tema sanitario al que no se le presta suficiente atención. En este cinefórum, presentado por Beatriz Mesías, jefa del Servicio de Asistencia del Instituto de Adicciones, y de la mano del doctor Javier García Pérez, secretario general de la Red TBS (contra la Tuberculosis y por la Solidaridad) y coordinador del Área TIR de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los asistentes (profesionales de la salud y afectados) asistieron a un pedagógico y entretenido viaje en torno a las cuestiones fundamentales de una dolencia que pasó de tener un halo romántico a ser considerada una enfermedad maldita. El doctor García Pérez subrayó que hace ya 50 años que la tuberculosis tiene cura y que está convencido de que en el plazo que se ha marcado la OMS, el de 2035, podría estar erradicada. Sin embargo, sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo por enfermedad infecciosa. Los principales riesgos de contraerla están asociados al hacinamiento y la desnutrición, y de ahí que se considere una enfermedad social por estar vinculada a la desigualdad y a la pobreza. En todo caso, el doctor García Pérez huyó del alarmismo al explicar que para contagiarse es necesario un contacto íntimo y prolongado con un enfermo, y además tener una especial vulnerabilidad inmunológica. En España sigue disminuyendo el número de casos.[/fusion_text]

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